Y quienes trabajan en este país en una corporación pasan un promedio de 10 horas al día, cinco días a la semana en la empresa y la mente humana, una vez más, dedicada como está al pensamiento simbólico crea una mitología llena de magia y misterio como la que antaño en tribus y comunidades hace lo que le toca: dar identidad al grupo.
No es raro entonces escuchar en "radio-pasillo" que el jefe fulanito es el clon de cualquier dictador tercermundista o que el jefe tal es suceptible y amante de las "ofrendas" que en su contexto específico se refieren a halagos sin límite.
Los mitos son encarnados por seres mitológicos con poderes casi sobre naturales o fuera de lo común. En una empresa en la que di una asesoría y realicé una investigación sobre comunicación organizacional me tocó escuchar en varias ocasiones que el "Licenciado X" era experto grafólogo y dedicaba su tiempo a descifrar la escritura para capturar a cualquier rebelde.
En otras hay presidentes de humo casi como el tal "Charlie" en la serie o película "Los Ángeles de Charlie"..., sí ese al que nunca se ve le cara pero es el manda más. Por supuesto este ser etéreo al que nadie conoce o nadie comenta directamente que le conoce puede ejercer un poder sobrenatural sobre sus empleados, ni qué decir el favor que les hace a muchos gerentes que se valen de que nadie sabe quién y cómo es realmente el susodicho y por lo tanto pueden poner en su boca o en un mail órdenes de cualquier índole; mejor aun, si no están escritas.
Para realizar programas de cambio, mejora, fortalecimiento o innovación organizacional es muy productivo descifrar la mitología propia de cada corporación. Al desconocerla no desaparece y puede ser un facilitador si se utiliza o un freno si se quiere despreciar.
sábado, 27 de enero de 2007
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