martes, 27 de marzo de 2007

EL VALOR DE LA EXPERIENCIA/Parte 2




La experiencia ayuda a reconocer la importancia del factor humano. Las personas más afortunadas tanto en el campo laboral como personal suelen tener una intuición y sensibilidad profundas que las ayudan a entender las diversas y polifacéticas personalidades de quienes conforman su equipo de trabajo. Sea desde un puesto directivo o como simple colaborador, saben dar lugar y espacio a la multiplicidad de estilos del personal con los que trabajan, centrándose no únicamente en tolerar la diferencia, sino en disfrutarla y saber qué pedir a quién y cómo motivar a todos; esta virtud es fruto del profundo respeto por el otro que nace de la certeza que todos pueden enriquecer el trabajo o las relaciones.

La experiencia ayuda a reconocer y dimensionar la importancia de la experiencia. Ciertamente vivimos en un país donde la mayoría de los habitantes son menores de 25 años. Ni por asomo se me ocurriría menospreciar los atributos que la juventud puede proporcionar a las corporaciones: La flexibilidad, menor rechazo o miedo al cambio, entusiasmo por la innovación, capacidad creativa, son algunos de ellos y son necesarios para el ritmo acelerado de estos tiempos del nuevo milenio, pero también creo que la experiencia en combinación con la juventud es altamente productiva y da excelentes resultados. Una persona experimentada es capaz de reconocer a otra persona con experiencia y como ya sabemos que no hay cursos para aprender a ser sabios, el conocer a alguien que lo es, nos impulsa a querer conservarlo cerca de nosotros.
Sin duda las personas experimentadas pueden formar parte de nuestros cuadros empresariales. Combinar eficazmente juventud y madurez puede acercarnos al éxito, en mayúsculas. Las personas con experiencia resultan excelentes mentores de los nuevos cuadros. También pueden ser útiles guías por su profundidad y amplitud de visión, su dominio de la metodología y su capacidad crítica constructiva y pensamiento sistémico.
Las personas maduras, experimentadas, son tan esenciales para los grupos humanos como los jóvenes llenos de ímpetu. Finalmente, para contestar la pregunta inicial, sí considero que la experiencia es altamente rentable para las instituciones y que México y nuestras empresas, no pueden darse el lujo de prescindir de los frutos de su participación.

3 comentarios:

ALCON dijo...

Hola!

Primero q nada agradezco tu visita, ademas de estar de acuerdisimo contigo la gente con más experiencias, vivencias, nos retroalimentan, nos enseñan y son sin duda grandes seres humanos.

Un abrazo, lindo post.

Mariluz Barrera González dijo...

Antes que nada agradezco muchísimo tu comentario en mi artículo que apareció en blogazos.com.

Estoy de acuerdo contigo la experiencia no llega necesariamente con la edad, sin embargo la mayoría de mis amigas son personas mucho mayores que yo, por que definitivamente son personas con gran experiencia, personal y profesional; o tal vez lo que sucede es que envejecí prematuramente, je, en mi medio es difícil que la gente joven sea madura y con experiencia; creen que lo saben todo y no tienen apertura para aprender.

Te invito a leer un artículo que escribí: "Lo importante en la vejez es trascender", te gustará.

SALUDOS DESDE CAMPECHE

Prismatico dijo...

Asi es la experiencia siempre es buena, aunque no necesariamente te la da el tiempo si no lo que hagas en el mundo, por cierto ya agregue tu blog a mi blogroll salu2